Los caminos se pierden rodeados de espinos, en la llegada del Emisario.
Algún día será que la paz alcance a aquél que el destino eligió como nuestro mensajero.
No será el día de su muerte. No será con su honor que lo logre. Tendrá que dar algo más que la vida, y mucho más que el respeto, o el poder, para conseguir un poco de silencio por fin