Friday, November 20, 2015

Black Metal Cósmico ( O las vagamente delimitadas fronteras de la música)



Disclaimer: Las música a la que hago referencia es relativamente fácil de encontrar en youtube, aconsejaría escucharla mientras leen. 






Cuando en un principio escuché Xasthur, me sorprendí ante la cohesión que los instrumentos tenían entre sí, el enorme trabajo de construcción de las melodías y una creatividad alejada de las ideologías predecibles y burdas de las bandas de black metal europeas más clásicas (exceptuando a Emperor, por supuesto). Me sorprendí también al enterarme que esta era una One Man Band, un grupo compuesto por un integrante que compone y ensambla todo en soledad.  Ahora me sorprendería saber que no es así. Semejante innovación musical parece posible únicamente desde la perspectiva aislada y poco inclusiva del autor solitario, que no comparte sus pareceres con compañeros, y capaz de mantenerse realmente fiel a su idea pues no hay filtros por los que ha de pasar antes de llegar a los oídos de la gente. Autoedición en su sentido más depurado.
Lo que no me resulta extraño es que esta capacidad de innovación provenga de subgéneros del Black Metal. Apuntando, Xasthur es una “banda” norteamericana de Depressive Suicidal Black Metal, es decir, música que aúna el sonido agresivo y pesadillesco del Black Metal, con temas líricos de desolación y negatividad, más que alegorías paganas o ínfulas satanistas, que están muy bien pero se demuestran limitadas y vencidas, como un género ya rebalsado y rebosado. Xasthur pertenece al grupo selecto de bandas clásicas de USBM (Black Metal estadounidense por las siglas en inglés). ¿Conocen este ambiente? Tienen una fuerza innovadora casi tan grande como la generación de MayheM enla Noruega de principios de los 90`s, aunque con la suerte de carecer de la tendencia al escándalo. Creo que lo más lejos que ha llegado este ambiente en particular fue la ocasión en que Jeff Whitehead (único miembro de la banda de DSBM Leviathan) fue objeto de una investigación policial por el supuesto intento de violación a su pareja de entonces.

Como sea, todo esto es un prolegómeno que contextualiza una posición que comencé considerando con duda y ahora defiendo con algo cercano a la vehemencia, y es que el Black Metal ha conseguido explorar nuevos ambientes y nuevas ideas alejándose de su fuente y dispersando su ideario temático hacia fronteras que en un principio parecían insospechables. Dudo que los miembros de MayheM de la generación de Euronymous hubiesen imaginado que al otro lado del océano grupos como Wolves in the Throne Room o Agalloch jugarían con el sonido ambiental del Doom Metal y un concepto lírico que cabe calificar de postpaganista. Huelga decir que, incluso con el notorio precursor que representa Arcturus, el subgénero del que voy a hablar en este artículo está incluso más allá de lo que originalmente habría propuesto el Inner Circle, y ni hablar de la primera generación de BM. Celtic Frost, Beherit o Bathory no habrían imaginado lo que resultaría de la mezcla del sonido evolucionado del BM y el concepto nihilista del espacio exterior, el vacío del cosmos. Creo que el frecuentemente llamado Space Black Metal (a veces Cosmic Black Metal), es un paso importante en la exploración conceptual de la música en general, no ya siquiera en el ámbito del Metal. Me intriga sobremanera lo que podría conseguirse en el ambiente andino con semejante fuerza creativa, más tomando en cuenta el redescubrimiento que la arqueoastronomía de los andes ha retomado fuerza en estos años.

Hablaré de tres bandas en este pequeño artículo, que son las que han conformado la opinión que este sub (sub) género me merece, y cómo han cambiado me percepción de la música en general.

DarkSpace

Banda proveniente de Suiza. Créanlo, allá hay una importante movida metalera y créanlo también, esta sí es una banda. Son tres integrantes, Zorgh, Zhaaral, y Wroth. Los seudónimos permanecen casi sin importar el subgénero dentro del Black. Y eso que esto, apenas si es Black Metal. Un sonido que parece evolucionado en base al avant-garde  Drone Doom, pero con un tono industrial que a los de la generación de los noventa les hará pensar en “¿qué pensaba cuando escuchaba Rammstein?”. Los álbumes ostentan numeración en lugar de títulos, lo mismo que los temas. La numeración es continua a través de los cuatro discos, lo que hace pensar que en realidad esto es un macroproyecto narrativo que se extiende por horas. Eso sí, juveniles iniciados acostumbrados al metalcore ligero y al heavy podrían verse espantados por los temas de duración promedio de 20 minutos. Existe una demo también, de sorprendente calidad.  


Cold Empty Universe



Proyecto solitario de Krzysztof Mrozek, un parámetro de lo que la música underground es. Algunos de sus cinco discos son prácticamente inhallables. Combina un sonido crudo que está incluso más allá del raw black metal tradicional con estructuras que recuerdan vagamente a la psicodelia británica de los setentas. Imaginen Iron Butterfly con drogas de Europa Meridional y un ambiente desolado, que representa la vastedad y el frío de los espacios exteriores. Usé bastante de su disco Constantly creating myself in the Space of Life a la hora de leer críticamente Solaris (un autor polaco con música polaca, pero nada folklórico). La combinación es espeluznante. Por cierto, usualmente esta música carece de líricas pero sí hay trabajo con la voz. ¿Se preguntan cómo? Youtube les mostrará, créanme, sorprende para bien.


Mare Cognitum


Mi personal favorito y una de las razones que me hicieron decidirme a escribir este artículo. Jacob Buczarski, de Santa Ana, California, ha creado una de las combinaciones de instrumentos más demoledoras que escuché en mi vida. Tendría que remitirme al glorioso Anthems to the welkin at dusk de Emperor para encontrar algo del calado de las obras maestras que ha lanzado este proyecto desde 2011. Sí, así de joven es, y así de trascendental resulta. Líricas que oscilan entre la astronomía más avanzada (el nombre mismo de la “banda” es una referencia a una zona de la luna), hasta conceptos filosóficos kantianos. Esencial para comprender que el género del metal es más que solamente bulla y provocación y que puede esconder profundidad intelectual.

Otras bandas a escuchar: Darchon, Finster, Progenie Terrestre Pura, Oranssi Pazuzu. Como ven, las fronteras de la información que el internet derribó sirven para más que sensacionalismo y aglomeración de datos inútiles. Hay arte rondando por ahí, vivo y nuevo.