Thursday, August 25, 2016

Las memorias de Emanon




Me perdí en la textura de la chompa tantas veces que podía imaginar su tacto.

¿Qué habremos hecho, para que el caos primordial nos haya dado un regalo como el manga de “Las Memorias de Emanon”? Ciencia ficción periférica (cual las obras de Kurt Vonnegut), de un humor encantador y una protagonista tan bella como fascinante.

Emanon es una mujer que por la apariencia dirías una adulta joven, en el albor de la segunda mitad de sus veintes, condenada y bendecida con la capacidad de acceder lúcidamente (o casi, a veces) al total de su memoria genética. En sueños alucinados sus recuerdos vagan al caldo primordial del origen de la biología terrestre y contemplan fascinados la vastedad del tiempo sin conciencia de sí, hasta la llegada de la lucidez humana, que aplasta con su complejidad lo que de otra manera sería una vida espaciada y difusa. Esta humanidad convierte su existencia en una gruesa madeja tejida con recuerdos históricos y sentimientos de siglos de duración. Y así y todo no consigue vencer del todo su adicción al tabaco, pero como decía en 9gag, las waifus tienen el olor con el que las imaginas, y yo percibo un dulce aroma a sudor femenino, a viaje y a cansancio.

Nosebleed.


Emanon es un personaje que salió por vez primera en una novela de Shinji Kajio, autor japonés prácticamente desconocido en occidente,  llegando al punto de que no existe traducción alguna de su trabajo al español (caso similar al de Yoshiki Tanaka, el creador de la monstruosa épica espacial de Ginga Eiyuu Densetsu), terrible verdad que se hace de pesadilla, cuando ves que las editoriales españolas se dedican a publicar a youtubers de mierda y los mismos pasquines de distopía, y no ven mercado en la ciencia ficción de calidad que hay en oriente. Hay una nada flaca compensación, empero, y es que el arte del manga sí que tiene aceptación en nuestro medio, aunque el mercado de las publicaciones originales sea más bien pequeño en una economía como la boliviana. Así es que tenemos una edición en español, llamada Emanon: Memorias,  publicada por Ponent Mon, editorial conocida (en lo que cabe) por la ardua selección de su material. No verán To Love Ru o algo parecido en su catálogo.

Y sí, no es una compensación nada flaca, más, considerando que el dibujo cuenta con la mano maestra de Kenji Tsuruta (quizá puedan ver su trabajo en Spirit of Wonder, otra maravillosa obra un poco más conocida y que llegó al animé). La apariencia de Emanon se crea con los trazos delicados del arte no reciclado, una estilización apropiada, efectiva, y efectista a partes iguales.

¿Parezco fascinado? Después de ver tropos repetidos en tanto manga (por mucho que los disfrute, las taras de Fairy Tail están ahí), Emanon se maneja con recursos propios de la narrativa más madura, de nivel a partes Fitzgeraldiano y otras, Proustiano, y anota un punto seguro identificando al narrador en los ojos de un espectador, un lector de ciencia ficción, nada más, que halla a Emanon en un viaje de desconsuelo por la vida y encuentra a esta mujer encantadora y misteriosa, como quien  topa con la intimidación y duda del amor verdadero. Pero no son finales felices lo que se considera apropiado en una historia de este tipo. 

Emanon revela su verdadera naturaleza como si de otra ficción se tratase. Demasiado acostumbrada a que nadie le crea, tal vez demasiado acostumbrada a todo.


¿Qué me queda decir? El cine de superhéroes lleva cada vez más la consideración pública, a la creencia de que el cómic es un pueril arte de transmisión de mitos reinventados hasta la saciedad. Sí, sé que no todo el cómic de superhéroes es protofascista y hay joyas por acá y allá, pero, en fin... creo que es saludable también el que este arte quede a salvo de la explotación comercial y sea visto cuando uno desea realmente leer, y no sólo pasar viñetas y fotogramas reciclados frente a los ojos.

Recomendado para todo aquel que desee contemplar de lo que es capaz el arte mayor del manga, cuando no se limita a reproducir sus propias fórmulas, pero eso sí, que sepa disfrutar una lectura pausada y movida más que nada por el diálogo, por muy deslumbrante que sea el apartado gráfico.


Y este es un fanart que dediqué a la muchacha. ¿Captura siquiera un poco de su esencia? Ya me gustaría...

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